Nieblas. Nieblas, hay.
Un sin fin de átomos paranóicos.
Viven, vienen viniendo hasta llegar
una y otra vez por uno y otro lugar.
Calma, hijo, que no explota.
Aún no sale la pelota.
Quiebran las penas
se suben a las venas.
Cuando falte el sabor a limón
habrá mucho que decir
sobre lo que falta y lo que no sobra
siempre una vida entera
Se ubicó en el primer palco
siempre lo hizo
nadie lo baja
pero sólo no puede, tampoco
Cambian los vientos
suben las penas,
se quiebran las venas
de tu sed yo me alimento
Cuántas veces volveremos a decir
que para cambiar
hay que empezar por algún lugar?
nunca, siempre.
Calabazas rellenas
de orgullo
venenoso
alegran las fiestas de los más ingenuos.
Cambian colores,
suben al río
vuelven blandos
flacos, blanquecinos.
De ahí nadie lo sacó
el enfermo roba la quietud
siembra la virtud
su inocencia quebró.
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